No son las redes, son las personas

Me ha parecido muy acertada esta reflexión en la revista Ethic, ¿Y si las redes sociales no matan la conversación?. “Las culpables no son las redes en sí mismas, sino el uso que hacemos de ellas”. No puedo estar más de acuerdo, y más en los tiempos que corren tras un año histórico de Covid-19 y confinamiento donde hemos visto cómo se ha potenciado la comunicación digital: utilizamos internet unas seis horas al día y pasamos casi dos horas diarias en las redes sociales.

No se trata de actores buenos y malos, ni de demonizar. Echarle la culpa a los canales es quedarse, quizá, en lo más simple de la cuestión. Las RR.SS. son el reflejo de una parte de la sociedad -no son la sociedad, ni toda la opinión pública, ni “toda la gente”, pero son un indicador importante en la actualidad- que puede elegir entre las buenas y las malas prácticas; que puede aprovechar el uso de las redes en positivo, con todas las ventajas que han traído, y que se han visto todavía más con la pandemia: comunicación, información, cultura, música, entretenimiento…  

Es una decisión personal y ética: aprovechar sus puntos a favor, quedarnos con su lado más humano y hacer un buen uso de las redes -personal y profesional- pasa por nosotros. Y es parte de nuestra educación y la de las nuevas generaciones. Porque no son la redes, son las personas.